Acabamos de nacer y estamos aprendiendo a dar nuestros primeros pasos... Así que no te decepciones si detectas algún fallo en nuestra web.

Bueno, bonito y barato: si quiero que una empresa me dedique tiempo, primero tengo que demostrarle que yo también se lo he dedicado a ella.
Y sí, eso significa olvidarte de las plantillas genéricas que aparecen en la primera página de Google.
Porque, seamos sinceros, el 90 % de los candidatos usan la misma carta de presentación descargada de internet.
¿El resultado? Todas suenan igual.
Vivimos en la era de la inmediatez: queremos resultados rápidos, fáciles y sin esfuerzo. Pero el reclutador no quiere contratar a alguien que transmita pereza o desinterés.Y pocas cosas gritan más “no me he molestado” que una carta copiada y pegada (porque las empresas no quierencontratar a personas vagas).
No hace falta reinventar la rueda (pero sí personalizarla)
Esto no significa que tengas que pasar horas redactando desde cero cada vez.Puedes (y debes) crear tu propia plantilla base: una estructura sólida que te sirva de punto de partida para adaptar rápidamente tu mensaje a cada empresa.
Con una buena plantilla personalizada podrás:
- Ajustar el tono según el sector o el puesto.
- Resaltar tus logros más relevantes para cada oferta.
- Añadir una frase concreta sobre la empresa o su proyecto (lo que demuestra interés real).
Así, en pocos minutos tendrás una carta distinta, auténtica y mucho más efectiva.
Una buena carta de presentación no garantiza que te contraten, pero sí puede marcar la diferencia para superar el primer filtro.
Y en un proceso con decenas de candidatos, esa pequeña ventaja puede ser justo lo que te haga avanzar.
